Siempre que hago un experimento en clase, cada alumno se lleva un "Kit de experimentos" a su casa. Su finalidad es que los alumnos puedan reproducir el experimento con su familia. Ser los magos protagonistas por un momento.
Hace tiempo pude comprobar que las actividades experimentales resultan ser una de las preferidas de los pequeños; de 3, de 4, de 5 años, da igual la edad. Incluso hay niños que no duermen bien la noche anterior al día en el que saben que van a experimentar.
Es tanta la ilusión que desprenden sus caras, que en una de las sesiones se me ocurrió darles una pequeña bolsa con materiales para que pudieran reproducir la experiencia en su casa, ante el mejor público, su familia. Y fue todo un éxito. Al día siguiente el tema de conversación, con niños y padres, giró en torno a cómo había salido el experimento en casa.
El contenido del kit varía mucho según la actividad; puede contener uno o varios elementos.
Como ejemplo:
Después de hacer experimentos con agua y hielo, se llevaron un guante de latex (igual al que habíamos usado en clase).
Experimentos con imanes: la imagen de la mascota de clase con un pequeño imán pegado.
Experimento para fabricar pegamento: una pequeña bolsa con harina.
Experimento con jabón: el pompero fabricado en la sesión.
Experimento sobre volcanes: el volcán creado.
Experimento sobre Eclipses: los cuerpos celestes creados. 
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