Iniciar un tipo de actividad que no dominamos es difícil y hacerlo con un numeroso grupo de alumnos de corta
edad aún más; pero he podido comprobar, a lo largo de varios cursos, que este
tipo de actividad despierta en los alumnos gran expectación y motivación y, por ende, la satisfacción del maestro y las ganas de repetir la experiencia.
En mi caso,
ya hace más de diez años que comencé a realizar experimentos en las clases de infantil. Una compañera me propuso incorporar a nuestro horario sesiones destinadas a actividades experimentales. "De esta
manera me obligo a trabajar los experimentos" - me comentó. Estaba muy
interesada en este tipo de actividades pero no había conseguido incorporarlas de forma constante en sus clases.
La idea me
pareció interesante así que nos embarcamos en el proyecto ignorando que, a los
pocos meses, mi compañera se daría de baja por problemas médicos. Apenas
habíamos realizado un par de experimentos -organizados por ella- y a partir de
ese momento yo tendría que asumir la organización de una actividad que me
resultaba algo ajena.
Busqué experimentos en libros que encontré en una Biblioteca Pública y no resultó nada fácil elegir uno pero tuve que decidirme por la proximidad del día programado para realizarlo con los alumnos. Ya no recuerdo cual fue pero si la sensación de "pues no ha estado tan mal" que sentí al terminar.
El segundo fue más fácil de elegir y el tercero aún más. En los siguientes cursos ya daba por hecho que tenía que hacer algún experimento. Y, poco a poco, la experiencia fue creciendo así como la necesidad de programarlos cada cierto tiempo.
En definitiva, la mejor manera de comenzar a experimentar con grupos de alumnos de infantil es marcando un día en nuestro horario (mejor si es uno al mes), buscar un experimento que nos llame la atención y que consideremos que sea fácil de preparar y ¡empezar!, sin miedo y con ganas de embarcarnos en un tipo de actividad muy satisfactoria por los resultados y la ilusión que se aprecia en los participantes. Y si podemos dividir el grupo y programar dos sesiones para la misma actividad, mucho mejor.
Añadir que, actualmente, las nuevas tecnologías nos pueden facilitar enormemente la programación de este tipo de actividad pues es fácil encontrar vídeos, juegos online, slideshare, presentaciones, libros digitales.
Como ejemplo, los vídeos de "Sid, el niño científico" o "El mundo de Luna" pueden resultar útiles para motivar a los alumnos o para organizar un experimento similar al que vemos en el vídeo (lo que elimina la dificultad de cómo lo hago, qué pasos sigo, qué material preparo). Incluso se pueden encontrar juegos online con los personajes de algunos vídeos.
En slideshare encontramos presentaciones tan prácticas como la siguiente.
Cuaderno de-experimentos-infantil-pequeños-exploradores from Mmarjorie Sandoval
Y algunos Museos nos ofrecen experimentos en línea como Curiosikid.
Y algunos Museos nos ofrecen experimentos en línea como Curiosikid.
Os animo a todos los maestros de infantil a que organicéis este tipo de actividad en vuestras clases. Veréis que es muy gratificante ver a vuestros pequeños alumnos emocionados cuando hacen experimentos.
En otra entrada os cuento como consigo que la emoción la trasladen también al ámbito familiar.
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